EL NIÑO Y SU RELACIÓN CON EL INCONSCIENTE REAL
_Mirta Berkoff

Más allá del Inconsciente
Podems ubicar la primera enseñanza de Lacan como aquella donde el real puede ser atrapado por el significante. Hay planteada una significantización que pondría cierto orden en lo real, una elevación de lo real a la calidad del significante.

En términos de la primera enseñanza esto podría decirse así: El Nombre del Padre metaforiza el deseo de la madre y se produce la significación fálica. Es cierto que en esta metaforización hay tropiezos, pero estos en esta época de Lacan se deben a lo imaginario.

Pero luego tenemos que realizar una inversión de la teoría. Miller dice que la metáfora paterna vuelca ya en el Seminario IV ¿Si no cómo dar cuenta de la falla del saber en lo real que se verifica?

Si no hay saber en lo real el Nombre del Padre se relativiza. Pasa entonces a ser un nombre entre otros de los que intentan en vano dominar lo real. Esto conlleva una rebaja de la palabra misma. El significante y el significado se inscriben donde en lo real no hay saber bajo la forma del semblante.

El Nombre del padre es, podríamos decir, el semblante más útil como S1 ya que permite leer el goce.

Pero más allá del padre tenemos esa zona de lo imposible de leer por el significante. Es una zona de agujero del sentido. Allí el significante debe ser tomado por los efectos que causa más que por las significaciones que tenga. Ya no se trata del sentido sino del goce que produce el significante.

Estamos hablando de una zona adonde no llega el padre, adonde el síntoma no llega a cubrirse con significación, esa es la zona del Inconsciente real.

Así como en esta última enseñanza queda rebajado el saber respecto de lo real, también se rebaja el inconsciente como saber ligado al aparato significante- significado. Por eso Lacan en su última enseñanza se propone como perspectiva un más allá de este inconsciente, una zona donde el goce es opaco. "Lo que guía a Lacan al final de su Seminario Sinthome es otra perspectiva del inconsciente, es una perspectiva que hace del inconsciente un real"[1] . Es decir, lo plantea como exterior a la máquina significante que produce sentido. El concepto de inconsciente estructurado como un lenguaje se trastoca.

Siguiendo a Miller cuando lee al último Lacan estamos planteando dos dimensiones del inconsciente. Un inconsciente que se caracteriza por el encadenamiento significante, que está en relación al Otro y es interpretable al que llamamos transferencial; y otra dimensión donde el inconsciente puede ser tomado como real, donde el lapsus como cualquier otra formación no lleva a la interpretación de ningún sentido.

Podríamos decir que las formaciones del inconsciente, se construyen alrededor de un núcleo vacío, un núcleo de real.

Este agujero al que podemos llamar inconsciente real es exterior al Otro del significante. Está vinculado al traumatismo de la lengua sobre el cuerpo.

En este sentido el inconsciente es lo traumático, trauma traumatismo, trou, agujero, vacío de la estructura.

Al ser exterior a la máquina que produce sentidos este inconsciente tiene un hablar opaco en el que se vuelve a decir siempre la misma cosa.

Miller dice en su curso El ser y el Uno que no se trata de la repetición que siempre es de lo diferente. Se trata de lo mismo y lo llama iteración. Lo que itera es un goce que no está ligado a la palabra ni al sentido sino al cuerpo mismo. Tenemos que entender al inconsciente real como acontecimiento del cuerpo que es a su vez la condición del inconsciente como saber, como efecto de verdad.

Este hablar opaco, sin sentido es un soliloquio, habla sólo. Miller define inconsciente mediante el autismo, porque dice que a pesar de ser hablante el parletre habla solo.

 

El niño y el Inconsciente real
¿Cuál es la relación del niño con esa zona fuera de sentido?

El niño está ubicado entre el enunciado y la enunciación, no está aún tomado totalmente en el discurso. Esto implica que el S1 amo no está aún interiorizado del todo y funciona desde fuera. [2]

Hay algo de ese operador del padre que aún no ha terminado de abrochar el goce al sentido común. El sentido común del padre es más (X) rutinario de los sentidos.

Al no estar instaurados los semblantes en la lengua por el uso común que se hace de ellos, el niño está más cerca del fuera de sentido . Es fácil, por eso, "percibir en el juego infantil el vacío que se introduce en el uso de la lengua"[3]. Eric Laurent dice que el juego del niño permite colocar su goce en esta zona que está fuera de captación de la lengua de los adultos. No la usan para designar sino para gozar de los fonemas.

Cada vez que aparece la dimensión del sentido, cada vez que intentamos comunicarnos, que usamos la palabra, hay algo del goce que no pasa al sentido, esto es lo que Lacan ha llamado "no hay relación sexual". Como no hay comunicación, porque no hay relación, siempre aparece a partir de la dimensión del sentido, la dimensión fuera de sentido donde el goce se aloja.

Eric Laurent pone un ejemplo del juego de su hija como Freud pone el del juego de su nieto. Pero lo que se va a resaltar del juego es otra cosa, pues no se trata de poner el acento en lo simbólico de la red significante que atrapa goce, sino en percatarse de la zona de sinsentido del significante de la cual la niña goza, pues aún no se ha dejado del todo tomar por el uso común del lenguaje y entonces puede jugar más libremente con los sonidos y sinsentidos de la lengua.

Laurent cuenta que su hija le dice "entonces haz como yo,Zin, boom, zin boom", indicándole los dedos de una mano. El lo repetía pero ella le decía que no estaba bien, y continuaba diciéndole que hiciera como ella. Lo cuenta diez veces pero nunca estaba bien porque en la repetición no hacía preceder los movimientos por la frase "entonces haz como yo". Si se toma la frase "entonces haz como yo " en el nivel del sentido , para repetir no hay necesidad de repetir la primera frase, pero si se la toma fuera de sentido, hay necesidad de repetir esta misma frase "entonces haz como yo" y en particular es necesario repetir "entonces". En el "entonces …", de una manera muy simple se introduce un vacío en el funcionamiento normal de la lengua, un vacío del fuera de sentido.

La apuesta del juego era esta, el vacío, la apertura de la lengua a todos los equívocos, burlándose del léxico y a la sintaxis.

En el proceso de aprender la lengua el niño se encuentra en ese entredós entre el autismo nativo del ser parlante y el embrollarse con la mentira mental.

Los locos bajitos se toman un tiempo para entrar en la debilidad mental propia del ser hablante. En ese tiempo los vemos gozar de la materialidad del significante, del soliloquio y nos dan la oportunidad de percibir de qué esta hecho ese inconsciente.

Mirta Berkoff, AME, EOL/AMP. Departamento de estudios sobre el niño en el discurso analítico Pequeño Hans.
Buenos Aires.Argentina.

NOTAS

  1. Miller, J.-A: El ultimísimo Lacan, Bs. As. Paidós, Año 2013. Pág. 17.
  2. Miller, J.- A: "Interpretar al niño". Carretel N° 12. Año 2013.
  3. Laurent, E. "La erosión del sentido y la producción de vacío". Enlaces N° 11. Bs. As. Grama. Año 2006.