No aceptaremos ciegamente la imposición del significante "violento" por la familia o la escuela. Puede ser sólo un factor secundario. No descuidemos que hay una rebelión del niño que puede ser saludable y diferenciarse de la violencia errática. Esta revuelta, estoy a favor de acogerla… (J.-A. Miller) [1]

Queridos lectores,

Rayuelase encamina hacia las próximas jornadas de la Nueva Red Cereda. Encontrarán en éste número valiosos aportes que los autores nos hacen llegar sobre el tema con el que los convocamos, "Niños y jóvenes en tiempos violentos".

En su texto, Miquel Bassols nos propone, a la hora de considerar el tema de los niños violentos, distinguir el acto de la acción y la violencia de la agresión, ya que no toda acción es un acto y no toda violencia implica una agresión.

Finalmente, nos deja una preciosa indicación en la que propone situar al analista como guardián del principio del placer, como verdadero límite al goce de la violencia.

Clara María Holguín nos dice que hablar de niños violentos trasciende el trabajo de los psicoanalistas que tratan niños violentos para apuntar a despejar cómo se presentifica en cada parlêtre la pura irrupción de la pulsión de muerte, que con Lacan llamamos un goce en lo real.

Fernando Gómez Smith recorre la pregunta por las consecuencias de la declinación del padre en el seno de la sociedad contemporánea, al tiempo que explora el modo en que el niño contemporáneo se confronta sin mediación a la exigencia del plus de goce.

Philippe Lacadée, a partir del caso de un niño que atiende, extrae el significante "violento" asignado por el Otro para interrogar si dicha violencia debe atribuirse a un fracaso en el proceso de la represión o si de lo que se trata es de una falla en el establecimiento de una defensa.

Juan Mitre nos habla de una clínica de los efectos del desamparo. Advierte que, si somos freudianos, es imprescindible ubicar los nombres del desamparo en cada sujeto. Propone considerar el llamado trastorno antisocial como un modo de testimoniar con el cuerpo del rechazo del Otro primordial, de algo que se inscribió como rechazo.

Queda entonces, agradecer a los autores quienes muy amablemente destinaron una parte su tiempo para escribir sus textos y con gran entusiasmo, invitarlos a transitar y disfrutar de la lectura de éste número.

Silvia De Luca