EXTRACTO DE UNA CLASE SOBRE EL MAL
_Alejandro Daumas

Seguir el pensamiento de cada uno, equivocarse es molesto, sin duda, pero de alguna manera es en cada uno por uno, habitante de una ciudad, él lo decía al principio con respecto de la paranoia, es operar cortes, operar la forma en la que el sujeto se ha cosido con respecto al bien y al mal; un corte, cualquiera sea, es lo más propio a una práctica analítica porque es una práctica de interpretación. Yo hablé de la responsabilidad, etc., pero lo más propio del analista es su responsabilidad con la interpretación que es donde se establece un corte frente a la relación del sujeto con el bien y con el mal.

Lo que dice Lacan es ¿cuál es la función del deseo de la analista en una ciudad? Porque no sólo el analista pone su deseo en cada cura, sino en cada vez que habla debe poner en juego algo de su operación en una ciudad, y él responde "tener los recursos del sastre", cita al Seminario XIII, "todo está en la eficacia de un buen corte, a condición de que se haga de tal manera que haga a la vestimenta volverse a coser de otro modo".

No se extrae el mal, sino que se cose de una manera distinta, no se extrae ese rechazo al goce del otro, pero se viste de otra manera, tolerancia o barbarie, se introduce en el corte, cierta idea de tolerancia. Es una respuesta singular porque el analista vuelve a coser la vestimenta en cada caso. Es para mí, a partir del trabajo; dar a conocer cómo ha sido cosido el mal en cada sujeto, uno por uno.[1]

NOTAS

  1. Extracto de la clase sobre El Mal, dictada por Alejandro Daumas en el marco del seminario “Subjetividad y Ley” a cargo de Gustavo Stiglitz y Silvia De Luca. EOL 01/11/2000.