DE PADRES E HIJOS EN EL MUNDO DE LA INEXISTENCIA DEL OTRO
_Gabriela Dargenton

"Sigo aún interrogando al psicoanálisis sobre el modo en que funciona. ¿Cómo es posible que constituya una práctica que incluso algunas veces es eficaz?"
Jacques Lacan, 1977

El proceso de las transformaciones familiares lleva ya muchísimo tiempo en el devenir de la Humanidad y constituye un tema apasionante para el psicoanalista que inscribe su práctica a la altura de la época. La formación de los psicoanalistas no puede descartar los múltiples elementos que este asunto incluye, dado que se enlaza directamente a la posición desde la cual cada analista opera, él "está en el banquillo"[1] en este punto. Pero es con la humildad de su discurso, que sabe que el punto de incidencia posible se asienta justamente en una paradoja. Es la paradoja que implica que deponer el poder de las supuestas verdades generalizadas, también de los ideales sociales- que muchas veces toman la forma del Superyó, de la exigencia obscena del empuje a la elección de cualquier cosa- de los prejuicios que anidan en el analista mismo, etc. -la serie es mucho más extensa- puede permitir que el psicoanálisis alcance a tocar un punto del dolor de existir de ese niño tal que "algunas veces es eficaz".

Desde su texto fundante al respecto de 1938 - La Familia- J.Lacan ha subrayado el carácter de complejidad que tiene la forma familiar moderna haciendo así lugar a distintas luces sobre muchas sombras que ya se pronunciaban. El hecho de abrir a la pluralidad de formas familiares llegando hasta denunciar el delirio de sostener la familia "normal" a toda costa y a cualquier precio, se desprendía ya de aquellas líneas. Otra perspectiva fundamental y bien vigente para nosotros, es la de haber ubicado de entrada que el padre no se definió nunca por ser el genitor, sino que se trata de la función en ese lugar. Por supuesto que decir "moderna" es ya una antigüedad y las mutaciones ocurridas sobrepasan aquel abanico abierto en el año 53. Ya, hasta la forma post moderna ha sido superada por otras (la pos-humana por ejemplo) y con ello las mutaciones de lo social y económico para cada comunidad, tanto como la pareja que constituye la técnica con la ciencia acompañada por los mercados, organizan lenguajes y tramas absolutamente privadas de esas formas familiares de hoy. La sofisticadas maneras de hacerse de hijos y de advenir padres a través de bancos de espermas, de bancos de óvulos, de catálogos de fotos para elegir los antecedentes preferidos, las listas de mujeres que ofrecen su cuerpo para engendrar, etc. ha trastocado por completo el lenguaje de la parentalidad y de la filiación.

Así, esta convocatoria de Rayuela es fundamental para trabajar los efectos en el cuerpo, de afectos que se enmarcan en una época en la cual, la trama de palabras no puede recubrir el empuje al que están sometidos los cuerpos allí donde ya no hay la red simbólica para ubicarlas. Padres exasperados-niños terribles, muestra también un tipo de lazo que la civilización organiza con los cuerpos: ¿cómo poder conseguir apaciguar el cuerpo del niño sin ninguna referencia del cuerpo del Otro tal que ubique para el niño su propio borde? Si exasperado el Otro, entonces también por fuera del propio borde…

No faltan por supuesto a estas alturas, las soluciones "prèt a porter" de la falsa ciencia, y del sin fin de propuestas psicoterapéuticas, farmacológicas, educativas y religiosas con las que la procesión se hace cada vez más laberíntica para encontrar una pausa, encontrar el espacio de la pura hendidura subjetiva.

Me pregunto evocando la conferencia de Lacan en Nizza, "¿podrá el psicoanálisis estar a la altura de una ética de nuestro tiempo?"[2]

 

¿Cuál Inconsciente?

El psicoanálisis puede ofrecer un lugar donde tramitar lo que terrible-quiera decir- para cada niño, para cada Uno. Pero esa operación no es ajena a la idea que cada analista se haga del Inconsciente, una "idea" que es más bien una experiencia que un saber.

Lacan nos ha dado algunas herramientas durante su última enseñanza y el argumento escrito por D. Roy como texto de orientación hacia la 7º Jornada del I.P.del Niño lo ha puesto en valor. A partir de allí, es necesario poder instalar para el niño el aparato de analizar, que podrá funcionar como el aparato de descifrar[3]y de cifrar. Esto porque, no todo goce podrá ser soportado como posible de ser leído, hay también lo que restará opaco, "que no puede quedar sino letra velada lo que quiere decir que tenemos que respetarla en ese lugar, que no tenemos que intentar reducirla, anularla, interpretarla."[4]

Que el analista se forme en captar ese imposible de captar, que el silencio operativo sea la experiencia misma de la palabra en su lazo con el cuerpo y con el sentido, que la interpretación analítica haga del psicoanálisis con los niños el espacio de la dignidad que tiene la ex-sistencia del Inconsciente, es lo que quizás pueda ir a favor de la invención de "un significante nuevo"[5]: "No hay dibujo posible del Inconsciente"[6]

NOTAS

  1. Lacan, Jacques. Escritos2; "La dirección de la cura y los principios de su poder", Ed S.XXI, pág.567
  2. Lacan, Jacques. Revista Mundial de Psicoanálisis Uno por Uno nº39, invierno 94.
  3. Roy, Roy, D.: "Padres exasperados – Niños terribles". Texto de orientación Hacia la 7ª Jornada del Instituto Psicoanalítico del Niño. 2021. Publicado en español en este número de Rayuela. Disponible en francés: https://institut-enfant.fr/uploads/2021/01/parents_exasperes.pdf, inédito. Hace allí referencia al Curso de J.A.M, Piezas Sueltas
  4. íbid
  5. Miller, Jacques Alain. Título bajo el cual se agruparon 4 sesiones del Seminario24 de J. Lacan, 2 de las cuales están publicadas en Revista Lacaniana 27.
  6. Lacan, Jacques "Hacia un significante nuevo" en Revista Lacaniana 27, pág. 16.