DIVERSIDAD SEXUAL Y NUEVAS SEXUALIDADES
_Elena Sper

Para abordar el tema de la diversidad sexual, que es un tema polémico, creo que, lo primero a considerar sería que cuando de la sexualidad humana se trata, es la desnaturalización misma, la desarmonía entre el organismo y la sexualidad, el mal encuentro, la imposibilidad de la relación entre los sujetos que están ya atravesados por el lenguaje y que por lo tanto se ha perdido la naturaleza misma de la sexualidad. La sexuación es un neologismo de Lacan para indicar que la elección del sexo, están determinadas por condiciones de satisfacción infantil e identificaciones múltiples que van más allá de la determinación biológica, habría que entenderlo como la incidencia del lenguaje en el organismo y particularmente como se reubica la anatomía y se inscribe el goce, es decir con que lógica significante se realiza esa operación.

Pero esta construcción de la sexualidad que se da en el devenir de la vida, que implica muchos factores, identificaciones, experiencias de vida, momentos culturales incluso, no es sin el Otro, aquel que sirve de referencia al niño en la construcción misma de la sexualidad. Por lo tanto es el Otro, quien va a implantar e introducir la sexualidad en el infans, el otro de la cultura, del lenguaje, de la ley, de donde el niño tomará las referencias de la diferencia sexual, con sus respectivas consecuencias psíquicas.

Y hay consecuencias, si las hay, muy diversas, difusas y frágiles, porque el lugar del Otro de la referencia ha mutado, ha pasado algo del orden de una fragmentación, su valor ha sido trastocado, los referentes se han multiplicado y que nos encontramos entonces con una multiplicidad que dan lugar a una diversidad de goces. Son todos estos interrogantes que me plantea la práctica clínica cuando encontramos estos niños, jóvenes y adolescentes con una lábil inscripción en el otro, tomando el título de un texto[1] que da cuenta y muestra muy bien el naufragio del padre del referente, aquel que trasmita la versión de un saber hacer con el otro sexo que siempre será hetero y extraño tanto para hombres como para mujeres.

De ahí que los dictados culturales de género como la construcción social y cultural articulados a la determinación sexual biológica dista totalmente de lo que en psicoanálisis consideramos como sexuación, y es en esta conjunción justamente de sexualidad y género donde vemos como asoma la diversidad sexual, porque sabemos que no necesariamente van a coincidir la posición sexuada con la configuración anatómica.

Si tomamos la dialéctica edípica sabemos que en los tres tiempos [2] hay una operatividad que va orientando y permitiendo al infans, desde el lugar de objeto de deseo de la madre, al segundo tiempo donde la función del padre se sitúa alrededor de la privación, lo que permitirá la inscripción de la falta en la dialéctica del deseo y la demanda, en este segundo tiempo el padre es un padre todopoderoso, que porta y da las insignias, dando lugar al tercer tiempo que sería la salida a los distintos caminos tanto para la niña como para el niño, es decir, la posibilidad de elegir una posición sexuada que se efectiviza en la adolescencia ya sea del lado del ser o del lado del tener, según el lugar que el sujeto ocupa frente a la castración.

Pero si hay una transmisión oral, si los sujetos son alojados precariamente en el deseo del Otro, si la función paterna está gravemente fallida, una transmisión frágil y confusa, produce por un lado una ausencia de límites y de referentes, y por otro lado el mandato de la época al goce irrestricto, al derecho de gozar, así nos encontramos con una diseminación y una multiplicidad de modos de satisfacción, excediendo cualquier posibilidad de límite, produciéndose las diferentes sexualidades y las variantes más diversas, diría un estallido de la sexualidad humana.

Cómo abordar la sexualidad en la época de la homogeneización, cuando se han perdido las diferencias, y es en este punto donde se podría correr el riesgo de que la diversidad justamente haga perder de vista la diferencia, el discurso sobre la diversidad borra las diferencias, en el lugar de las diferencias sexual, ha venido a instalarse la diversidad. Y lo más grave es que esta diversidad ha encontrado un lugar en el Otro, que ha legitimado las diversas formas de la sexualidad que se diferencian de lo instituido en la relación edípica o patriarcal, donde vemos que tampoco ya se diferencian el padre de la madre en sus funciones sino que como Marie Heléne Brousse indica: "hemos pasado de la autoridad paterna a la autoridad parental en la que el padre no es prevalente....... la parentalidad implica una simetría y una igualdad entre el padre y la madre........ hay un borramiento de las diferencias en cuanto a las funciones que hasta entonces estaban diferenciadas". [3]

Esto nos hace ver que más allá del borramiento de las funciones, y de la intercambiabilidad de la autoridad y del cuidado, la diferencia hombre mujer está también implicada, y entonces en el lugar de la diferencia sexual y la ficción de relación que engendraba, viene a sustituirse la mismidad y, por consiguiente la equivalencia.

Esta mutación de la autoridad paterna a la parental, mutando los lugares de las funciones produce una mayor posibilidad de combinaciones de lugares que a la vez dan como resultado la proliferación y la diversidad de las distintas formas de sexualidad.

Si el Otro cumple un papel relevante en el surgimiento de la sexualidad, la gran novedad con la que nos encontramos es un cambio en el orden de la sexuacion, en el orden simbólico, un cambio en los dictados del Otro y eso hace que tengamos que replantearnos los aspectos cruciales de la clínica psicoanalítica.

¿Será acaso que a falta de aquella ley fundada sobre la diferencia, que vela la falta de relación sexual, la proliferación de la diversidad sexual y las nuevas sexualidades se orientan a querer hacer existir la relación sexual que no hay? ¿Por qué no pensar la diversidad como ese empuje a negar la castración?

NOTAS

  1. Szapiro. L. "De los sujetos que han sido alojados lábilmente en el deseo del Otro" pág. 12 y 13. De una lábil inscripción en el otro. Editorial Grama
  2. Lacan. J. Seminario 5. Las Formaciones del Inconsciente" pág 179
  3. Brousse. M.H. "Un neologismo de actualidad la parentalidad".pág. 52. Carretel 12